El cuerpo de las mujeres
EL CUERPO DE LAS MUJERES es el título de este documental de 25 minutos sobre el uso del cuerpo de la mujer en la televisión, publicado en el blog de mujeres de "El pais". Es una reflexión que de nuevo tenemos que plantearnos para hacernos preguntas como ¿por que seguimos permitiendo estas cosas? ¿que beneficio obtenemos? ¿ a consta de que precio? quizas estas respuestas nos lleven a encontrar a esa maravillosa mujer que habita dentro de todas nosotras.
La mujer normal ha muerto
Sí. La mujer normal ha muerto. Ha muerto porque en la televisión ha dejado de existir. ¿Qué les pasa a las mujeres que aparecen en ella, que no tienen arrugas, que se ríen abiertamente sin signos de expresión? ¿Por qué tienen los labios y los pechos hinchados... exageradamente? ¿Dónde están las mujeres como yo —como tú? Han muerto. No quieren verlas y las han eliminado de la pantalla, porque... ¿para qué?, ¿para recordarnos que el tiempo pasa y pasa para todos?, ¿para que el público, cómodamente en su salón, opine que los años no pasan por ti, (mujer de la televisión), que cada día estás más joven, que quizá con un poco más de pómulo...?
Anna Magniani, antes de que el maquillaje le cubriera todo el rostro, pidió que no le quitaran las arrugas, que le habían costado toda una vida procurárselas. Pero ¿qué presentadora, actriz o modelo está dispuesta a ello? ¿Qué nos ocurre a las mujeres normales para querer pasar por el quirófano, obedeciendo a un supuesto deseo o cánon o perfección o visión masculina? ¿Quién nos ha engañado y nos ha hecho creer que estamos más guapas así, desfiguradas completamente?
¿Hemos perdido la capacidad de esperar de
nosotras la normalidad? ¿Nos miramos a través de un supuesto deseo
masculino? ¿Por qué la televisión está llena de mujeres cuyo talento se
basa en la belleza y la juventud? ¿Cuántas veces tendremos que leer que a tal o cual actriz se le nota demasiado la cirugía o, peor, necesitaría unos retoques?
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No cabemos las mujeres normales en la televisión: estamos demasiado vivas, demasiado arrugadas, demasiado fláccidas. No se cabe en la televisión, es tan pequeña. La mujer normal necesita estar a este lado de la pantalla, porque sin nosotras no saben a quién dirigirse. ¿Cómo? El reclamo que utilizan para el hombre es una trampa, es sólo una manera de llegar hasta nosotras: sí, porque nos miramos con los ojos equivocados —los ojos sin tiempo, los ojos perfectos. Medimos a las mujeres de la televisión, las medimos y tampoco caben ahí dentro, es tan pequeña, somos tan pequeñas: insignificantes, al margen.