Homenaje a grandes mujeres
Psicoanalizando a los niños, Anna Freud (1895-1982)
Anna Freud vivió a la
sombra de su padre, el psicoanalista austriaco Sigmund Freud. La única de
los seis hijos que siguió sus pasos en el estudio del comportamiento
psicológico de las personas, Anna Freud dedicó su vida al estudio de la mente
especializándose en la psicología infantil. Ella misma vivió una infancia
turbadora, en la que le costó encajar en su propia familia y en el mundo.
Buscando su lugar en el mundo, Anna nunca se casó y vivió muchos años
acompañada de su fiel compañera, la norteamericana Dorothy Burlingham, con
quien encontró la paz y el equilibro y con quien trabajó para desentrañar los
misterios de la mente infantil.
Anna Freud Bernays nació el 3 de diciembre de 1895 en Viena.
Fue la sexta hija del matrimonio Freud. Su madre, Martha Bernays, agotada
después de tanto embarazo y de tener que hacerse cargo de sus hijos, decidió
que a Anna la cuidaría una niñera, hecho que marcaría para siempre a la pequeña
que vio siempre en sus hermanos, sobretodo en su hermana Sophie, a personas
extrañas y rivales y mantuvo con su madre una tensa relación. En cambio con su
niñera, una institutriz católica llamada Josefine Cihlarz, estuvo siempre muy unida.
Su padre la llamaba cariñosamente Annerl pero también la apodó como “demonio
negro” por su carácter impetuoso y su afán aventurero, muy distinto al de sus hermanos
A pesar de sus conflictos internos, Anna creció en un
ambiente burgués acomodado y recibió una buena educación. En 1912 finalizó sus
estudios secundarios en el Cottage Lyceum de Viena. Poco después, sus padres
decidieron que Anna pasara un tiempo tranquila en Merano para recuperarse de
sus dolencias causadas muy probablemente por estadios de depresión y anorexia.
En aquel tiempo se casó su hermana Sophie y su padre le impidió que asistiera a
la ceremonia para que su salud no se viera alterada, pero Anna se sintió
desplazada de su familia empeorando su estado de ánimo y su autoestima.
En 1914, de vuelta en Viena, Anna empezó a trabajar como
maestra en el Cottage Lyceum, labor que realizaría hasta 1920. En aquellos
años, en su constante búsqueda por encontrar su lugar en el mundo, Anna ya
había leído algunos de los textos sobre el psicoanálisis de su padre y en 1918
dejó que Freud la psicoanalizara. Atraída por los estudios científicos de
Sigmund, Anna inició su carrera en el psicoanálisis, especializándose en la
rama infantil. En 1923 era aceptada en la Sociedad Psicoanalítica de Viena iniciando
una imparable carrera participando activamente en distintas organizaciones y
profundizando en el estudio del psicoanálisis infantil. En 1921 conoció a la
escritora y psicoanalista Lou Andreas Salomé, amiga de Sigmund Freud, con quien
mantuvo una estrecha relación a lo largo de su vida.
La llegada del nazismo a Austria obligó a la familia Freud a
huir a Inglaterra. Instalados en Londres, Anna se haría cargo de su padre,
enfermo de cáncer, quien fallecería en 1939. Durante la Segunda Guerra Mundial,
Anna organizó un centro en el que acoger a niños desamparados. La Hampstead War
Nursery era algo más que una guardería. Allí, además de protegerse durante los
bombardeos, los niños recibían atención psicológica para enfrentarse a un mundo
que no entendían. Terminada la guerra, su labor para asistir a los niños
llegados de los campos de concentración continuaría en la Bulldogs Bank Home.
Su larga convivencia y observación de aquellos niños maltratados por la guerra
se materializaría en una serie de estudios sobre el psicoanálisis infantil.
Anna Freud nunca se casó, a pesar de tener varios
pretendientes. Vivió buena parte de su vida cuidando de sus padres y en
compañía de Dorothy Tiffany-Burlingham, una norteamericana madre de cuatro
hijos, perteneciente a la rica familia propietaria de Tiffany & Co, que
había viajado hasta Viena para que Anna Freud psicoanalizara a sus hijos. Con
ella mantuvo una profunda relación de amistad que muchos identificaron con algo
más. Juntas llevaron a cabo su labor durante la guerra y juntas completaron
distintos estudios sobre el psicoanálisis infantil y viajaron en varias
ocasiones a los Estados Unidos para dar a conocer sus conclusiones científicas
y donde Anna recibió varios reconocimientos. Juntas dirigieron la Hampstead
Clinic de Londres.
Al final de su vida, acompañada siempre de Dorothy, Anna
Freud trabajó de manera incansable para evitar distintas publicaciones sobre su
padre no autorizadas por ella y que algunas de sus cartas personales salieran a
la luz. A la muerte de su fiel compañera, en 1979, Anna se quedó sola y triste.
Tres años después, un ataque cerebral la dejó incapacitada físicamente pero
mantuvo su mente lúcida hasta el final de sus días. La muerte le llegó mientras
dormía, el 9 de octubre de 1982. Sus restos fueron depositados junto a los de
sus padres y su querida Dorothy.